¿Por qué me tiene que pasar esto a mí? ¡Qué injusta es la vida!...
En esta fase sufrimos mucha frustración e ira tras darnos cuenta que el cambio es irreversible. Buscamos culpabilizar a terceros para calmar nuestra rabia por lo sucedido. Llevado al extremo incluso no se puede seguir avanzando en el duelo porque nos quedamos atrapados en una reclamación constante por no poder despedirnos como queríamos.
«Es una locura odiar a todas las rosas porque una te pinchó».
Antoine de Saint-Exupery
«Por la puerta entreabierta
de un ni contigo, ni sin ti
entra demasiado frío
como para no cerrarla de un portazo».
Nekane González