*Este autorretrato está pensado y hecho en etapas diferentes.
Estaba en desequilibrio. Dando prioridad al corazón y dejando actuar al deseo, pero anulaba(n) lo que le da sentido al bien y al mal, a la razón. Estaba bloqueando a mi instinto como si él fuera el culpable de yo haber elegido mal (otra vez). Tapando mis oídos para no seguir escuchando mentiras. Cerrando mis ojos ante la realidad.
Pensaba mucho, muchísimo, no conseguía parar mi mente (ni mis pesadillas). Probé a retomar la meditación, empecé a hacer yoga, pero dentro seguía habiendo más ruido que fuera.
Llegué a creer que había perdido la cabeza, y en otras ocasiones me habría gustado no tenerla. Me sentía incompleta.
He aprendido que si alguien es capaz de hacerte sentir así es que no te quiere y que sobre todo tú, de entre todas las opciones tomaste la equivocada. Que alguien que te ama no te abandona en tu peor momento porque así no es merecedor de estar en los buenos. Pero sobre todo he aprendido que no voy a volver a querer dejándome de querer.
Ahora lo sé. Ya lo he visto. Me he escuchado. He dejado volver a mi instinto.
Si me lees y te sientes así, no te gires, no des media vuelta, no anules tus sentidos porque eso es ir directo al abismo de tu perdida. Da el paso que lo cambie todo, aunque sea duro y difícil. La recompensa merecerá la pena. Ser tú misma/o.