Me pregunto por qué si tengo la cama entera para mí duermo en un solo lado cada día.
Quizás sea por costumbre de mantenerme en el mismo lugar que siempre he estado, o puede que sea porque no he probado a «correrme» hacia el lado fresquito de la cama en mitad de la noche.
He estado dándole vueltas a si podría ser, que de una forma inconsciente, esté dejándole hueco a otra persona. Pero entre tanta vuelta me despierto y quien ocupa ese hueco es mi gato.
Entre gemido y gemido me suena el despertador y… ¡Joder, qué suerte dormir pegada a la mesita para posponer 5 minutos más los orgásmos!
El caso, es que lo mejor de todo no es en qué lado duermo, si no que ahora tengo cama y sábanas nuevas y ellas ya no huelen a ti.